sábado, 30 de abril de 2016

The Marsmallow Test

Nuestro comportamiento con el entorno social es diferente al que mostramos con las personas más cercanas, en especial familiares o amigos. La clave radica en que moldeamos nuestra personalidad según la situación, mediante el uso del auto-control, porque sabemos que un buen comportamiento social nos permite obtener mayores beneficios a largo plazo aunque a corto suponga un esfuerzo mantener la relación.

El auto-control es desarrollado durante nuestros primeros años de vida, sin embargo un niño tiene menor capacidad para tomar decisiones aparentemente perjudiciales en inicio, pero beneficiosas a largo plazo.

Un ejemplo es el llamado Marshmallow Test (Test de nubes dulces) desarrollado por el psicólogo y profesor universitario estadounidense Walter Mischel entre la década de los sesenta y setenta.



En el test un niño está en una habitación junto a un adulto de confianza. El adulto le deja un dulce en un plato y abandona la sala durante 15 minutos con la promesa de darle otra golosina si pasado el tiempo (que el niño desconoce) el dulce permanece intacto.

A partir de la desaparición del adulto cada niño reaccionará de forma diferente. Habrá quien combata el deseo por comer el dulce de forma que le permita aguantar mucho tiempo (no mirarlo, dedicarse o pensar en otra cosa), otros lo intentarán pero usando técnicas ineficientes o por desesperación acabarán comiéndoselo (oler o probar la golosina), finalmente hay quien no espera, pues no ha pensado que esto le conllevará un beneficio a largo plazo (otra golosina).

A continuación un vídeo con un ejemplo del experimento




Como conclusión, es muy importante el auto-control empezando desde niños y en la vida adulta, una mala contestación o realizar solo lo que aparentemente nos beneficia en un primer instante puede provocar la perdida de grandes oportunidades o relaciones a largo plazo.

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