En
más de una ocasión hemos visto como el equipo de fútbol de las
estrellas fracasaba estrepitosamente, como el jugador más exitoso
del año pasado cambiaba de equipo y en esa temporada no lograba sus
objetivos o como un equipo más humilde lograba superar a otros con
presupuestos estratosféricos.
En el fútbol, en otros deportes o en las relaciones laborales,
pasamos de ser meros individuos con mejores o peores capacidades, a
ser un grupo. Es por ello que la organización y la cooperación son
tan importantes como tus habilidades personales.
Meredith Belbin, británico e investigador en teoría de gestión de
negocios, estudió este problema desde el punto de vista de los roles
de equipo. Para tener éxito debemos formar un grupo en el que cada
persona destaque en roles distintos y así compenetrarnos
adecuadamente.
Vamos a ver de forma breve los distintos roles:
Coordinador: busca metas compartidas mediante el trabajo en equipo y
descubriendo talentos individuales.
Animador: motiva al grupo, es extrovertido y tiene capacidad de
liderazgo y para solucionar problemas.
Creativo: innovador y propicia las ideas novedosas aunque también
mantiene distancias, siendo introvertido y reaccionando excesivamente
a las críticas.
Reflexivo: serio, prudente, poco entusiasta, lento en tomar
decisiones pero muy buen trabajador.
Especialista: persona destacada por sus habilidades técnicas y
conocimientos cuyo principal interés es mantener unos estándares
mínimos.
Tenaz: aquel que es capaz de terminar aquello que empieza y no desea
delegar tareas, motivado por su ansiedad.
Colaborador: apacible, sociable y diplomático, es quién mejor se
comporta trabajando en equipo lo que le convierte en popular entre
los compañeros.
Ejecutor: equilibrio entre disciplina y autocontrol, siguen los
intereses de la compañía y les preocupa poco su propio interés.
Relaciones públicas: entusiasta, comunicador tanto dentro como fuera
de la empresa, negociador y adepto a nuevas oportunidades.
Existen múltiples test para poder clasificarte según los roles
descritos por Belbin. Una vez realizado obtendremos los resultados
que permitirán saber en que destacamos o que debilidades poseemos.
Para finalizar, cabe tener en cuenta que podemos aprender con la
realización del test. Una estrategia (la más clásica) será
impulsar los roles en los que se ha obtenido menor puntuación para
conseguir minimizar defectos, sin embargo la estrategia “ganadora”
sería intentar mejorar aún más en los que ya destacamos para
diferenciarnos del resto de personas y tener éxito en la vida.
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