Para la realización de
esta entrada se leyó el segundo capítulo del libro “How to move
mount fuji” en el que se repasa la historia de los test de
inteligencia.
Estos test fueron
inicialmente creados en Francia por Alfred Binet. Posteriormente
Lewis Terman un estadounidense, profesor de la Universidad de
Stanford modificó la versión original y comenzó a promocionar su
uso. La llegada de la primera guerra mundial en Estados Unidos
provocó su popularización, ya que comenzó a utilizarse para
clasificar a los miembros del ejercito según la puntuación que
obtuvieran.
Del ejercito pasó a las
escuelas y negocios. En los colegios para intentar descubrir a los
“genios” en edades tempranas y en el trabajo para contratar a
empleados mejor dotados. Un ejemplo de ello es el de la compañía
semiconductora de William Bradford Shockley, quien utilizó en exceso
estos test (junto a otros como el detector de mentiras) y provocó la
salida de grandes intelectuales de su compañía. Otro ejemplo, en
este caso actual, es el que utilizan gran número de empresas de
Silicon Valley.
Se pone como ejemplo a
Microsoft por el uso de puzzles para la contratación. Aunque en
lugar de utilizar test tradicionales en los que se evalúa las
capacidades para calcular, memoria, lenguaje, visual... se pretende
evaluar la capacidad para responder a preguntas abiertas valorando la
originalidad de las respuestas.
Vamos a enumerar una
serie de ventajas y desventajas de las pruebas de cociente
intelectual tradicionales comparadas con las que se usa en Microsoft
u otras empresas del sector en Silicon Valley.
La ventaja más obvia es
que permiten clasificar a una persona con un valor real según sea o
no inteligente. Así resultados por encima de 130 se trata de
superdotados y por debajo de 70 son personas con deficiencia, estando
la mayoría alrededor del 100. Esta característica ventajosa se
pierde en un puzzle de respuesta abierta aunque, si puedes analizar
el razonamiento de la persona que está siendo evaluada.
Una desventaja relaciona
con lo anterior es precisamente que solo se aporte un valor al
resultado del test con lo que no se puede saber las habilidades de
los estudiantes en cada área por separado. Cabe destacar que no se incluyen
otras áreas que pueden ser muy útiles en un trabajo o escuela como
la mecánica, conocimientos informáticos, las habilidades sociales,
la creatividad entre otros. Con los test de respuesta abierta, si se
evalúa la creatividad o incluso las habilidades sociales.
Además como cualquier otro tipo de examen se puede entrenar y sacar mejores resultados que realmente no indican que eres más inteligente, sino que tienes más prácticas.
Un resultado alto
en un test no está directamente relacionado con una persona que
trabaje adecuadamente o que tenga éxito en la vida, como tampoco
está relacionado que una persona con un resultado más bajo no tenga
posibilidades para trabajar en equipo o para sacar a delante su vida,
incluso con mejores resultados que alguien que según el test es
supuestamente más inteligente.
En conclusión, la
realización de un test de inteligencia no es suficiente para
clasificar a una persona, la inclusión de respuestas abiertas y de
una entrevista con contenido relacionado con las tareas que el
empleado va a realizar pueden complementar adecuadamente el test
tradicional, sin embargo los resultados obtenidos siguen siendo
orientativos y es más adecuado juzgar a una persona por su evolución
en el día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario