Hoy, como de costumbre,
he terminado todas las tareas que tenía pendiente para el día. Me
siento y me acerco a la mesa donde está mi cena, cojo el mando de la
televisión y la enciendo para poder saber que ha pasado en el mundo
en las últimas horas. De nuevo, las mismas noticias con diferentes
protagonistas. Al parecer ha habido otro terremoto en un país lejano
que probablemente nunca podré conocer. Los ahogados en el mar
Mediterráneo provenientes de países en guerra se cuentan por
decenas cada día, pero para la mayoría es un simple número sin
cara, sin familia, sin demasiada importancia.
Al mes siguiente ocurre
una desgracia, un atentado en Francia, quizás aún peor en España e
incluso podría haber ocurrido en tu ciudad. Los programas especiales
sobre el evento se repiten continuamente, vamos a conocer la vida de
cada víctima, cada nueva emisión nos pondrá la piel de gallina,
nos hará preguntarnos porqué hay personas capaces de acabar con la
vida de otros, sin embargo lo que más tiempo ocupa mi cabeza sigue
siendo el examen del miércoles que no acabé de hacer bien después
de tantas horas de estudio.
Nos preocupamos más por un problema si este nos afecta directa o indirectamente, independientemente de la gravedad del mismo. Las catástrofes naturales del resto de continentes duelen menos que un atentado en Europa y obviamente menos que un problema familiar o personal probablemente de poca importancia.
En nuestras relaciones
interpersonales se produce el mismo fenómeno, pensamos en nosotros y
olvidamos que tratamos con personas no con máquinas. En el presente
artículo se va a realizar un esbozo de la primera parte del libro
“How to win friends and influence people” que propone diferentes
técnicas para mejorar tu relación con otras personas.
Se trata de uno de los
primeros éxitos en un libro de autoayuda. Escrito por Dale Carnegie
en 1934 a partir del contenido de los cursos que él impartía. A
pesar de haber sido escrito hace ya 80 años, cuenta con un lenguaje
dinámico y actualizado que permite leerlo de forma fluida. Está
dividido en 6 partes (4 en la versión actual) y separado en
distintas listas de técnicas que deberás seguir para mejorar,
explicadas con gran cantidad de ejemplos en los que te verás
reflejado.
La primera parte son las
técnicas fundamentales para tratar con la gente y se divide en los
siguientes puntos aquí resumidos:
1. No critique, no
condene, ni se queje
Comprender que la persona
a la que intentamos corregir o censurar tratará de justificarse y de
censurarnos, ya que somos personas emotivas, criaturas erizadas de
prejuicios e impulsados por el orgullo y la vanidad, además su forma
de comportarse probablemente no diste de la tendríamos nosotros en
una situación similar.
Comenzar por regular,
modificar y mejorar nuestro comportamiento, en lugar de censurar a
las personas, tratemos de comprendedlas, imaginando por qué hacen lo
que hacen.
2. Dé aprecio honesto y sincero.
Sólo hay un medio para
conseguir que alguien haga algo, el de hacer que el prójimo quiera
hacerlo y el principio más profundo del carácter humano es el
anhelo de ser apreciado.
Para ser influyente
debemos despertar entusiasmo y apreciar. En lugar de criticar se
deben dar incentivos y elogiar. Esto último no debe ser confundido
con la adulación, pues a largo plazo producirá más desventajas,
por contra se debe destacar aquellas características en las que el
prójimo destaque respecto a uno mismo.
3. Despierte en las
personas un deseo ardiente.
La forma más sencilla de
influir sobre otra persona es hablar acerca de aquello que él
quiere, y demostrarle cómo conseguirlo. Por tanto para ser una
persona de éxito hay que apreciar el punto de vista del prójimo
tanto como las del propio.
Otro punto a tener en
cuenta es hacer de otro tus propias ideas, así no será necesario
venderlo pues ya estará comprado. No destacando las cualidades o
ventajas que te dará a ti, sino aquellas que le dará a él.
Se tratan de tres puntos
sencillos y bien explicados, especialmente gracias al uso de
numerosos ejemplos que hacen más llevadera la lectura. Son buenos
consejos para las relaciones personales pues criticar siempre es
tomado de una forma negativa y alabar positiva, aunque llevados al
extremo en situaciones de amistad pueden llevarte a una posición de
inferioridad que traiga más desventajas que soluciones.
Desde el punto de vista
empresarial son mejores recomendaciones aún, siendo muy poco
recomendable criticar aunque hubiera razones para ello, mostrando
aprecio siempre que sea posible, sin excederse en la adulación y
consiguiendo que tus ideas también sean las del resto.
Esto solo es la primera
parte del libro, en los siguientes capítulos se aconseja como
convertirse en una persona agradable, como ganar personas a su modo
de pensar o como ser un líder.
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